Reviews

El ser humano, capaz de realizar la mayor de las obras de arte, o incluso crear vida donde sólo hay desesperación y desolación, más bien se caracteriza por realizar todo lo contrario a lo largo de su dilatada historia. Por cada buen acto que realiza, generalmente hay multitud de ellos a cual más horroroso. Ya sean en nombre de cualquier dios, de cualquier ideología política o simplemente por placer, la historia humana está llena de actos atroces. Corría el año 1932 y el impresentable de Stalin se obcecaba en mantener su estricto régimen a base de horror y muerte, aplastando cualquier foco de queja, allá donde surgiera. Fue Ucrania, su punto de mira, donde fijó su negra alma, para provocar una escasez de alimentos que duró hasta bien entrado 1933. Dicho acto provocó lo que se llamó Holodomor (“matar de hambre” en ucraniano) y con ella la muerte de más de 7 millones de personas, la mayor parte mujeres y niños.

Tal acontecimiento sirve de inspiración a la banda ucraniana Oda Relicta y a la luz de tal barbaridad se supone cual será el sonido que puede acompañar un acto de esas características. La banda se ayuda en las voces de Tamara Lagunova (soprano), Valeriy Kostin (tenor), Igor Dikov (bajo) y el Coro de niños de la Donetsk Musical School, acompañados por Nataliya Chesnokova (piano) y Mykhayil A.Shukh (órgano y sintetizador), para conseguir una atmósfera lo de lo más sacra y solemne que he oído nunca. Un sonido tremendamente oscuro y depresivo que refleja a la perfección lo que sucedido en aquella hambruna, que si bien uno no se puede hacer ni la más mínima idea de lo que tuvo que sufrir la población, si nos sirve para acercarnos a lo triste y desangelada que se le queda a uno el corazón al imaginarse el cúmulo de desgracias que pasó el pueblo ucraniano en esos dos fatídicos años.

El disco está dedicado exactamente a los niños que murieron en esa época. Lo podríamos considerar un verdadero Réquiem y aunque el CD que nos ocupa es una colaboración entre Twilight Records y Gradual Hate Records que salió en el 2011, en realidad fue compuesto por Mykhayil A.Shukh en 1988, aunque ha sido regrabado y rearreglada por él mismo junto a Olegh Kolyada en el 2010.

Disco tremendamente emotivo y con una gran carga de oscuridad, que se podría englobar dentro del Dark Ambient, aunque es tremendamente original gracias a la aportación de las voces casi operísticas que se entrelazan perfectamente con la inocencia que transmiten las voces del coro infantil. Sin duda un gran trabajo que nos sigue recordando lo bajo que puede caer el ser humano.

by Jose Socorro (La Defunción)
Source URL: http://www.ladefuncion.com/music/discos_deta.php?recordID=Lux+Aeterna

El álbum que os traemos esta semana, de manos de GH Records y Twilight Records, es sin ninguna duda un sorprendente y agradable regalo para nuestros oídos. Oda Relicta, encabezado por Olegh Kolyada, nació en 2005 en Ucrania con el principal objetivo de continuar con el legado de la banda local Zhytomyr Military Brass Orchestra. Así mismo Olegh provenía de proyectos de carácter igualmente marcial y dark ambient, como First Human Ferro, Ostarbeitere In Meditarivm. Por todo esto es lógico que los comienzos de Oda Relicta fueran marcados por unas fuertes dosis de entonación militar. Así lo demostró en su primer disco debut "The Crown the Plough". Sin embargo, posteriormente Olegh conoció al músico contemporáneo Mykhayil A.Shukh, el cual entró a formar parte de la banda. Su toque se hizo notar, así como la colaboración de la banda italiana Albireon y la francesa Dissonant Elephant y Lonsai Maikov para la creación de su segundo disco "Czarstvo dukha" donde indudablemente todo se empapó de un inconfundible sabor sacro, religioso y espiritual. Después llegó "Leper Mass", dedicado a todos los georgianos que sufrieron el acoso y la muerte por parte de los rusos en el verano de 2008. En ese punto, la relación de Oda Relicta con la música de cámara era más que evidente. Música con un sabor clásico totalmente profesional, gracias al Conservatorio Metropolitano, donde se desarrollaron sus grabaciones. El cuarto disco, "Holly Alliance" fue una vuelta a sus raíces más marciales... yo lo veo como una especie de tributo para sus primeros seguidores.

Entre idas y venidas, y algunos otros trabajos en colaboración con otras bandas, recopilatorios, etc, llegamos al nuevo "Lux Aeterna". Se trata de un disco sumamente cuidado hasta el más mínimo detalle. Por encima de todo, me gustaría resaltar la calidad de la grabación que fácilmente te transporta a ancestros y oscuros mundos medievales. Es una música muy intimista, donde el fuerte no está en la música sino en la voz y sobre todo en la ambientación. "Lux Aeterna" está basado en un réquiem del mismo nombre creado en 1988 por Mykhayil A.Shukh. Fué premiado en Donetsk (Ucrania) en 1990, y la grabación formó parte de un festival en Gori (Georgia). Con todo esto, lo que O.R presenta al público es una nueva grabación, remasterizada por el autor original junto a Olegh Kolyada. El réquiem está dedicado a las víctimas ucranianas de la hambruna en 1932-1933, a los niños para ser más concreto. Oda Relicta - "Lux Aeterna"

"Lux Aeterna", como ya he comentado, tiene su fuerte en el apartado vocal, de mano de una soprano (Tamara Lagunova) y un tenor (Valeriy Kostin). Casi siempre muy de fondo, a modo de entonación, pero sumamente suave, a veces casi inapreciable, y otras veces (las menos) entrando con fuerza y potencia, encontraremos instrumentos como bajo, órgano, sintetizador y sobre todo, lo que más me ha llamado la atención, y lo que más me ha gustado, el piano. Un piano generalmente muy tétrico, que sirve de colofón para los momentos más tensos del réquiem. Y he dejado para el final una de las actuaciones para mí más impresionantes, a la vez que imprescindibles en este disco, el coro de niños de la escuela musical de Donetsk. Algo simplemente alucinante. Al que le guste este tipo de música tan coral, de entonación sacra, entenderá que los coros de niños siempre tienen un regusto especial. Con la música adecuada (como es el caso) pueden adquirir un aire totalmente siniestro. Tampoco estamos hablando de Carmina Burana, pero a su manera también es muy oscuro.

Para mi, a nivel personal, es un disco imprescindible, que me ha llegado muy hondo. Es difícil encontrar trabajos con esta profesionalidad y este tratamiento a día de hoy. Como mejor se disfruta el disco es a oscuras y en completo silencio para no perder ni el mínimo detalle, pues como digo la parte orquestal es siempre muy sinuosa. Si tuviera que encontrarle un punto negativo sería precisamente haber incluido un poco mas de instrumentación. Suena bien tal y como está, pero quizá sentir mas momentos de explosión instrumental, donde aunque tan sólo fuera por unos segundos todo se viniera arriba.

Tengo sobre todo dos tracks preferidos, 'Requiem Aeternam', y 'Lacrimosa', que me han llegado muy hondo. El primero me ha entusiasmado quizá por ser mi primera toma de contacto con el disco, y sobre todo porque en el pude saborear la impresionante mezcla de la música sacra en estado puro con la oscuridad de las melodías y los profundos golpes de piano con los que Oda Relicta nos deleita. El segundo simplemente porque tanto los coros de los niños como la música en general me han recordado mucho a las grandes bandas sonoras de muchas películas de cierta entonación oscura, como por ejemplo Batman. También nombrar 'Sanctus Dominus Deus', de la que me quedo principalmente con la actuación del tenor, 'Agnus Dei', que aún siendo instrumental es inevitable decir que las notas me han recordado mucho a cierto tema de Dead Can Dance, y 'Kyrie Eleison', que es probablemente el track más denso, oscuro y tétrico, con un sabor profundamente dark-ambient.

"Lux Aeterna" simplemente es un trabajo completamente recomendado, con un fondo, una calidad, y un estilo difícil de encontrar en los tiempos que corren.

by Roberto G (Mentenebre)
Source URL: http://www.mentenebre.com/articulos.php?op=verarticle&artid=2200

Compuesto originalmente en 1988 por Mykhayil A.Shukh en el 75 aniversario del Holomodor ucranio, Lux Aeterna es un réquiem homenaje a esos millones de muertos provocados por el tantas veces obviado totalitarismo estalinista. Este recuerdo ha sido regrabado y en parte reescrito por su autor y por Olegh Kolyada el año pasado aunque es ahora cuando, de la mano de Gradual Hate y Twilight Records, ve la luz en forma de disco. Casi media hora de composición para soprano, bajo y tenor en las voces y piano y órgano en lo musical, sin olvidar el fantástico coro de niños de la Escuela Musical de Donetsk. Casi media hora dividida en nueve “temas” que tratan de alguna manera de reflejar y rendir tributo a todas esas víctimas de la espectacular (en el peor de los sentidos) hambruna que asoló Ucrania (paradójicamente conocida como “el granero de Europa”) entre 1932 y 1933, provocada por señor ese del mostacho. Mucho más cerca de la música clásica que de los estilos que suelen ser comentados por estos lares, Lux Aeterna es un trabajo que dudo que deje indiferente nadie. La combinación entre la estupenda composición y lo excelso de la interpretación hacen de este CD algo más que recomendable. La música, tantas veces en un segundo plano, las voces llenas de emoción transmitida, el coro de niños…

No quiero destacar ningún tema, los nueve forman un todo para mí indivisible, no se entiende Lacrimosa sin un Kyrie Eleison un par de cortes antes, no se disfruta lo mismo Agnus Dei sin Requiem Aeternam. Eso suele ser así en cualquier disco de algún modo conceptual pero en casos como el que nos ocupa es absolutamente imprescindible entender la obra como un todo. Y ese todo es realmente emocionante. No es, con toda probabilidad, un disco oscurísimo en lo estilístico, ni siquiera el más oscuro de los “réquienes”. No es ni siquiera un réquiem como los “habituales”. Pero no me cabe duda de que para toda persona sensible musicalmente hablando (y entiendo que es indispensable esa sensibilidad para deleitarse con la “música oscura”, en cualquiera de sus facetas) esta Luz Eterna es, sin titubeo ninguno, un disco más que recomendable. Habrá a quien le fascine por el gusto neoclásico. Habrá a quien le atraiga por lo que tiene de hermético en su propuesta. Habrá también, seguro, quien se acerque a Oda Relicta por el momento histórico terrible que lo inspira. Todos ellos estarán en el camino correcto y todos estarán en el equivocado, pues solo con esa sensibilidad antes citada ya es suficiente para complacerse muy mucho con esos casi treinta minutos de ARTE.

by AVATAR (LaLetraCapital)
Source URL: http://laletracapital.blogspot.com/2011/11/oda-relicta-lux-aeterna-gradual-hate.html

Mit "Lux Aeterna" setzt OLEGH KOLYADA alias ODA RELICTA die Linie seiner beiden Veröffentlichungen "Czarstvo Dukha" (Besprechung) und "Leper Mass" (Besprechung) fort. Er verwendet also originale Kirchenmusik, die er verfremdet, wobei dies im aktuellen Fall übertrieben wäre; das Verb 'bearbeiten' trifft es besser. Es handelt sich um eine Originalkomposition von MYKHAYIL A. SHUKH, eines ukrainischen Komponisten, mit dem OLEGH schon auf den beiden genannten Alben zusammengearbeitet hat. Er verfasste "Lux Aeterna" im Jahr 1988 als Requiem für alle Kinder, die bei der Hungersnot von 1932 bis 1933 in der Ukraine umkamen. Je nach Lesart handelte es sich damals um kein natürliches Phänomen aufgrund schlechter Ernte. Vor allem ukrainische Wissenschaftler glauben, dass der Mangel an Lebensmitteln auf eine systematische Aktion von STALIN zurückzuführen war. Die Opferzahlen auf dem Gebiet der Ukraine werden mit rund 3,5 Millionen, insgesamt sogar mit mehr als 14 Millionen Menschen angegeben. "Lux Aeterna" hatte 1990 bei einer Aufführung in der Ukraine Premiere, nahm anschließend an einigen Festivals teil. Der Satzaufbau entspricht im Wesentlichen dem eines klassischen, kirchenmusikalischen Requiems. Die Stimmen teilen sich ein Bass, ein Tenor und eine Sopranistin sowie der Kinderchor der Musikschule in Donezk. Das Original hat nun OLEGH zusammen mit SHUKH noch einmal in die Hand genommen, mit einigen Sounds ergänzt und auf CD festgehalten.

"Introitus" (01) läutet - im Wortsinn - das Requiem ein, der Track besteht aus Glockenkläuten und Windspiel und macht einen ambienthaften Eindruck. Dann setzen Operstimmen ein (02), zunächst Bass und Sopran mit kurzen Passagen. Die längeren Gesangspausen werden von mysteriösen Glöckchenspielen sowie dramatischen, modernen Pianoklängen aufgefüllt. Die Tonlage des Gesangs ist relativ gleichbleibend, die Sänger/innen halten ihren Text oft auf einem Ton, somit wirkt "Requiem Aeternam" insgesamt sehr unheimlich und trostlos. Der Sopran verstärkt mit seinem "Kyrie Eleison" (03) das sakrale Gefühl, ebenos wie die Orgel im Hintergrund und der einsetzende Kinderchor. Weiterhin durchziehen aber düstere Dark Ambient-Elemente die Komposition, etwa ein misshandeltes Windspiel. Das Intermezzo "Sanctus Dominus Deus" (04) ist wesentlich freundlicher. Tenor und Sopran wiederholen immer denselben Wortlaut, dazu fließt ein warmes, wie ein Fender Rhodes Piano tönendes Instrument im Hintergrund. Auch "Gloria In Excelsis" (05) bleibt beinahe hoffnungsfroh, die beiden Männerstimmen singen im Duett, zwischendurch ergänzt durch den Chor, ein unbearbeitetes Stück nur mit Gesang. Der Tenor bestreitet "Lacrimosa" (06) zusammen mit den hellen Stimmen der Kinder, was sehr spirituell, aufsteigend wirkt, betont durch die ebenfalls hellen Glöckchen; in die Wirklichkeit zurück holen die verfremdeten Glockenschläge am Ende. Mit "Agnus Dei" (07) kippt die Musik wieder ins Bedrohliche, Orgel und Glocken wirken dronig, das Stück bleibt rein instrumental. "Libera Me" (08) kündigt den Abschied in höhere Sphären an: erneut mysteriös und geisterhaft, Kinderchor und Tenor in einer Art Zwiegespräch mit sehr hohen, engelsgleichen und wehmütigen Stimmen. "Lux Aeterna" (09) wird dann endgültig himmlisch, zum Windspiel vereinen sich alle drei Stimmen strahlend und mächtig, als ob die Sonne aufgeht, nur um sich am Ende in Planetenstaub aufzulösen.

Die sehr 'luftige', geistliche und gleichzeitig bedrohlich-traurige Atmosphäre wird den Erwartungen an ein Requiem, also eine Ehrung der Toten, vollkommen gerecht. Die Singstimmen - inklusive Chor - sind hervorragend und verkörpern unterschiedliche Stimmungen und Gemütszustände glaubhaft. Und OLEGH hat es wieder einmal geschafft, bestehendes Material mit ein paar Kniffen noch tiefer, interessanter zu machen. Sicher nicht zum Hören nebenbei gedacht, deshalb umso empfehlenswerter. Limitiert auf 200 Exemplare!

by Michael We. (NonPop)
Source URL: http://www.nonpop.de/nonpop/index.php?mkey=ODA-RELICTA-Lux-Aeterna&type=review&area=1&p=articles&id=2085

Oda Relicta is a name that should immediately ring a bell with any fan of martial industrial and neofolk music, having worked in the past with two of the biggest labels involved with the genre in Twilight Records and the wonderful Belgian label Neuropa. As of last year, however, Oda Relicta has taken a different direction in regards to who is releasing his music, first by involving the Spanish label Gradual Hate Records in the release of “Lux Aeterna”, of course in partnership with Twilight Records, but also by choosing the Chinese imprint label Midnight Productions for an EP that is limited to 500 copies entitled “Saint Sebastian / Sphinx the Perched”. Outside of Oda Relicta, others will know Olegh Kolyada as In Meditarium (Wrotycz Records) in the ritual ambient world and, perhaps his most well-known, First Human Ferro (Eibon, New Nihilism, Nitkie) in the dark ambient realm. Needless to say, Kolyada not only understands but embraces nearly every corner of the dark ambient world that is accepting of the orchestral and dedicatory nature of his music.

Both like and unlike many artists in the martial realm and its surrounding components, every release that Oda Relicta offers is a precisely themed work. As with previous albums, “Lux Aeterna” continues a legacy of dedication and remembrance, this time once again teaming up with Mykhayil A. Shukh whom has helped with composition and performance in both Oda Relicta and First Human Ferro. This release should be seen as a requiem to the millions (specifically, anywhere between two and a half to seven and a half million) of Ukrainians who perished at the hands of the man-made famine that took place in Ukraine in 1932 and 1933 (otherwise simply known as “Holodomor”). Reasons behind the famine are still debated to this day, but it is largely thought to have been caused by both its usage as a weapon by Soviets to undermine Ukrainian nationalism and by various economic burdens the country faced in the wake of industrialization. There are many other factors that played into this but are interwoven with the previously mentioned two. Peasants had to give up any extra grain that they had over their quota. Those who couldn’t meet the quota gave up their livestock and were blacklisted, meaning they not only had to surrender 15 times the original amount, but their farms no longer had a right to trade thus taking away from them the ability to both grow and receive food of any kind. Those who refused to enforce this were accused of treason by Stalin security chief. Eventually, in 1933, Ukraine’s borders were sealed to prevent escape of starving Ukrainians.

A realization should now accompany that explanation that this work isn’t meant to be in line with the martial atmosphere that Oda Relicta has become known for in the past. On the contrary, this is a very minimally orchestral / operatic, sombre work, and much like the short time in which the famine took place, this album is of very short length, coming in at under a half hour. Lux Aeterna is a sombre and slow-paced, mostly vocal effort, concentrating on bell percussion and minimal piano/organ as its primary textures. The entire length of the record is uneasy in that it’s constantly flowing, but always at a slow but insistent pace. Much like some of his previous works, there is a hymnal / Orthodox appeal to the compositions, and thus they have the ability to be uplifting, but the nature of the project (and the theme) is still quite dark so there are moments of abrupt instrumentation that force in an unexpected air of dread. The strange thing is that, despite track titles that follow Mozart’s own Requiem Mass, the depressive atmosphere here is only moderate. The sadness is always delivered into the compositions in a realistic way with an eye towards faith. There is no atmosphere here of defeat or utter hopelessness, but rather an a mildly bleak emotion that is still always calmly pushing forward. Though a requiem for those whom have passed, the compositions that are found on Lux Aeterna serve as both a way to show those who perished during those dreadful hours in Ukraine’s history that they are remembered and as a tribute to the will and the strength of Kolyada’s countrymen. Even in the darkest moments of the release, bells still toll, winds still ring out the chimes, and life goes on, all in line with minimal Pärt-esque compositions.

by Sage (Heathen Harvest)
Source URL: http://heathenharvest.org/2012/02/26/oda-relicta-lux-aeterna/